INTOXICACIONES Y ENVENENAMIENTOS
17. INTOXICACIONES Y ENVENENAMIENTOS
Día a día las personas entran en contacto con elementos potencialmente venenosos. Esto no es sorprendente si se considera que casi cualquier sustancia puede ser un veneno en ciertas circunstancias. Diferentes dosis, incluso de remedios pueden convertirse en un tóxico. Considere que el ácido acetilsalicílico o aspirina asa, cuando se toma en las dosis recomendadas, es un analgésico seguro y eficaz; no obstante, demasiado ácido acetilsalicílico puede ocasionar la muerte.
El envenenamiento agudo afecta a cerca de cinco millones de niños y adultos cada año. El envenenamiento crónico, con frecuencia producto del abuso de medicamentos y otras sustancias, incluidas el tabaco y el alcohol, es mucho más común de lo que se cree. Por fortuna, las muertes debidas a envenenamientos son bastante raras. Las tasas de fatalidad por envenenamiento en niños se han reducido de manera continua desde la década de 1960, cuando se introdujeron las tapas de seguridad para los frascos y recipientes con medicamentos. Las muertes debidas a envenenamiento en adultos, sin embargo, han aumentado por el abuso de drogas.
Veremos que el término “envenenamiento” incluye envenenamientos agudos y crónicos. Como TEM-TUM-TES-B, debe reconocer que los pacientes con cualquiera de estos tipos de problemas, pueden presentar diversas manifestaciones. Aunque no podemos detener un problema de abuso crónico de sustancias, podemos ser capaces de evitar la muerte debido a los efectos agudos del tóxico.
Analizaremos cómo identificar a un paciente envenenado y cómo reducir indicios sobre el veneno, las diferentes maneras en que se introduce el veneno en el cuerpo, y los signos y síntomas junto con el tratamiento de venenos específicos, incluidos sedantes y opiáceos (medicamentos con acciones semejantes a los de la morfina), así como también los envenenamientos con alimentos y plantas.
Atención definitiva del paciente – convulsiones
Atención definitiva del paciente que ha sufrido de una convulsión
En la mayoría de las situaciones, el paciente que han tenido una convulsión requieres de una evaluación y tratamiento definitivos en un hospital. Incluso un paciente con antecedentes de epilepsia crónica que está controlado con medicamentos puede presentar una convulsión ocasional, la cual se denomina comúnmente como una convulsión intra-tratamiento. Estos pacientes también deben llevarse al hospital para su observación. Ahí se revisan los niveles sanguíneos de los fármacos para asegurar que los pacientes reciban la dosis correcta. Desde luego, quienes acaban de tener su primera convulsión o aquellos con convulsiones crónicas que tuvieron un episodio “diferente” requieren exámenes inmediatos, para descartar infecciones letales. A menos que el paciente tenga antecedentes bien establecidos de convulsiones y esté totalmente alerta y orientado, se aconseja de manera enfática administrar oxígeno suplementario, no solo para proporcionar oxígeno adicional, sino para prevenir la posibilidad de un episodio recurrente si hay un componente hipòxico respecto al origen de la convulsión.
Dependiendo de los protocolos locales, deberá evaluar y tratar al paciente para una posible hipoglucemia (diabético con EMA, que toma insulina o agentes orales que reducen los niveles de glucosa oral). Si hay sospecha de traumatismo, inmovilice columna. Con convulsiones recurrentes, proteja al paciente de lesiones adicionales y maneje la vía aérea una vez cede la convulsión.
Si está tratando a un niño, en el cual sospeche la presencia de una convulsión febril, deberá intentar reducir la temperatura, despojándolo de su ropa y enfriándolo con agua tibia, en particular en torno a la cabeza y cuello, y luego abanicando las áreas húmedas. Tenga cuidado de no hacer tiritar al paciente, pues esto aumentará la temperatura.
Si el paciente estuvo expuesto a una toxina o veneno, deberá retirar con cuidado la fuente si es posible. Deberá tener disponible de inmediato la succión, en caso de que un paciente con un estado reducido de conciencia comience a vomitar.
En todos los casos, deberá demostrar paciencia y tolerancia con estos pacientes, pues es probable que muchos de ellos están confundidos y en ocasiones, asustados. Muchos pacientes que presentan convulsiones, se sienten frustrados con su condición y pueden rechazar el transporte. Se requiere amabilidad y conducta profesional para ayudar a convencer al paciente de que el transporte es necesario para su atención definitiva.