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Traumatismos craneoencefálicos


Traumatismos craneoencefálicos

El encéfalo está situado dentro del cráneo y bien protegido, Sin embargo, cuando la cabeza es lesionada por un traumatismo, se puede producirse una lesiono oculta en el encéfalo.  Este se puede lesionar o desgarrar lo cual causa una o varias hemorragias.  Los vasos sanguíneos alrededor del encéfalo, también se pueden desgarrar y producir hemorragias.  Las hemorragias e hinchazones dentro del cráneo por lesión del encéfalo son con frecuencia una amenaza para la vida.  Algunos pacientes no tendrán signos ni síntomas ocultos obvios de lesión del encéfalo, hasta minutos u horas después de que la lesión se ha producido.

MANEJO DE EXPOSICIÓN EN ENFERMOS O LESIONADOS


18.5 MANEJO DE EXPOSICIÓN AL EN ENFERMOS O LESIONADOS

Todos os pacientes que presentan lesiones graves, se encuentran en riesgo de hipotermia.  Tenga esto en cuenta cuando evalúe a un paciente con lesiones múltiples.

Una persona enferma o lesionada que ha estado atrapada en un medio frío, puede presentar hipotermia o tener ya un problema relacionado con la exposición al frío.  Esta persona es más susceptible a las lesiones por frío, que un individuo sano.  Apresúrese a seguir los siguientes pasos para evitar un mayor daño por frío:

  1. Retire la ropa mojada: y mantenga seco al paciente.
  2. Prevenga la pérdida de calor por conducción. Aleje al paciente de cualquier superficie mojada o fría, como el armazón de un automóvil.
  3. Aísle las partes del cuerpo expuestas, en especial la cabeza, cuello, mano y pies, envolviendolas en una cobija o en cualquier material seco y aislante disponible.
  4. Evite la pérdida de calor por convección, erigiendo una barrera contra el viento en torno al paciente.
  5. Retire al paciente del medio frío con mayor prontitud posible.

Sin importar la naturaleza o la gravedad de la lesión por frío, recuerde que incluso un paciente que no responde, este puede ser capaz de escucharlo.  Algunos pacientes han escuchado que ya los habían dado por muertos, a alguien que ya había olvidado el refrán: “nadie está muerto hasta que está caliente y muerto”.  Si lleva consigo un DAE, deberá considerar la desfibrilación.  Aunque este ritmo cardiaco es poco probable en pacientes con hipotermia, puede ocurrir en pacientes que se recalientan con demasiada rapidez.

Evaluación detallada de la Cabeza, el cuello y la columna vertebral


Examen detallado de la Cabeza, el cuello y la columna vertebral 

Un examen detallado de estas áreas debe hacerse con mucho cuidado en la cabeza, el cuero cabelludo, la nariz y la boca, buscando posibles abrasiones, laceraciones y contusiones; examine los ojos y párpados verificando enrojecimiento y lentes de contacto.  Use una linterna de bolsillo para determinar si las pupilas son iguales y reactivas y verificando cualquier drenaje de líquidos o sangre, especialmente en oídos y nariz.  Verifique también la posible presencia de cuerpos extraños o sangre en la cámara anterior del ojo.  Busque contusiones o alteraciones en el color alrededor de los ojos (ojos mapache) o detrás de las orejas (signo de Battle: decoloración en la línea de la arteria auricular posterior, cuya equimosis aparece primero cerca de la punta de la apófisis mastoides en las fracturas de la base del cráneo); estos signos pueden estar asociados traumatismos de la cabeza.

A continuación, palpe suave pero firmemente alrededor de la cara, cuero cabelludo, ojos, oídos nariz, buscando hipersensibilidad, deformidades, o inestabilidad.  La hipersensibilidad o el movimiento anormal de los huesos con frecuencia señalan una lesión grave y el paciente puede estar en riesgo de obstrucción de las vías respiratorias superiores.  Vigile cuidadosamente la vía aérea en estos pacientes.  Acto seguido, vea dentro de la boca, los dientes flojos o rotos o cualquier objeto extraño que pueda bloquear la vía aérea; es mucho más seguro si usa un bloqueador de mordidas, también es importante que observe si hay cualquier alteración del color de la boca y la lengua.  Perciba el aliento del paciente, cualquier olor no usual, por ejemplo fuerte olor a alcohol o afrutado debe ser informado y registrado.

Palpe la parte anterior y posterior del cuello por posibles hipersensibilidades y deformidad.  La sensación de crepitación o chasquidos, no distinta a la palpar las burbujas de un material de empaque con burbujas se llama enfisema subcutáneo e indica escape de aire al espacio de la piel.  Comúnmente esto indica que el paciente tiene un neumotórax o se ha lesionado la laringe o la tráquea.  Busque también las venas yugulares distendidas, lo que es normal en personas que están acostadas; sin embargo, su presencia en un paciente que está sentado sugiere algún tipo de insuficiencia.

Cabeza, cuello y columna cervical – examen fisico


Cabeza, cuello y columna cervical

Inspeccione en busca de anormalidades en la cabeza, cuello y columna cervical.  Palpe cuidadosamente la cabeza y parte posterior del cuello buscando la posible presencia de cualquier dolor, deformidad, hipersensibilidad, crepitación o hemorragia.

La crepitación es la sensación de ruidos o fragmentación que se percibe o escucha cuando dos extremos de huesos rotos se frotan entre sí.  Pregunte al paciente consciente si siente algún dolor o hipersensibilidad.  A continuación palpe y examine el cuello buscando signos de traumatismo, deformidades, abultamientos, edemas, contusiones o hemorragias.  Puede que encuentre sonidos de crepitación producidos por burbujas de aire debajo de la piel, conocidos también como enfisema subcutáneo

Es importante examinar en particular el cuello antes de cubrirlo con un collar cervical.  Además, en un paciente sentado en un ángulo de 45°, que no se sospecha una lesión de la columna vertebral, inspeccione la presencia de venas yugulares pronunciadas o distendidas; este es un hallazgo normal en una persona acostada, sin embargo la distención venosa yugular en un paciente que está sentado sugiere un problema con el retorno de la sangre al corazón.  Informe y registre sus hallazgos cuidadosamente, no se mueva al siguiente paso, hasta que tenga la seguridad de que el la vía aérea está segura y ha iniciado o continuado una inmovilización vertebral.

Evaluación física enfocada


Examen físico enfocado

En este examen, se usan técnicas específicas para evaluar la molestia principal del paciente y generalmente se enfoca en la localización o sistema corporal relacionado con la molestia principal.

Por ejemplo: una persona que se queja de cefalea, debe evaluársele cuidadosamente la cabeza o el sistema neurológico, o ambos; un paciente con una laceración en un brazo puede necesitar solamente que se le examine el brazo.

El objetivo de una evaluación enfocada consiste en encauzar su atención en el problema inmediato,  suele practicarse en pacientes de trauma sin un mecanismo de lesión significativo o en pacientes médicos consientes.  Solo se harán los pasos pertinentes a un paciente en particular:

  1. Cabeza, cuello y columna cervical: inspeccione posibles anormalidades, palpe delicadamente la cabeza y parte de atrás del cuello (la nuca) en busca de dolor, deformidades, hipersensibilidad, crepitaciones y hemorragias. Pregúntele si siente algún dolor o hipersensibilidad; examine el cuello buscando signos de trauma, edema o hemorragias, palpe el cuello en busca de enfisema subcutáneo, así como también cualquier abultamiento o masa anormal.  En los pacientes en los que hay sospecha de lesión vertebral puede investigar posibles venas pronunciadas o distendidas,  con el paciente sentado en ángulo de 45° siempre y cuando la traque se encuentre alineada.
  2. Ruidos torácicos y campos pulmonares: inspeccione, vea y palpe en el área de pecho, posibles lesiones o signos de trauma, incluyendo contusiones, hipersensibilidad o edemas. Observe elevarse y descender ambos lados del pecho, junto con la respiración normal.  Observe posibles signos de respiración anormal incluyendo retracciones o movimientos extraños.  Palpe y sienta en el pecho crepitaciones y enfisema subcutáneo.  Ausculte los campos pulmonares tanto en ápices como en bases.
  3. Abdomen: inspecciónelo, buscando lesiones, contusiones, y hemorragias obvias. Palpe tanto la parte anterior como la parte posterior del abdomen, evaluando hipersensibilidad y hemorragias.
  4. Pelvis: inspecciónela buscando signos obvios de lesiones, hemorragias o deformidades. Si el paciente no manifiesta dolor, oprima suavemente hacia abajo y hacia adentro sobre la sínfisis del pubis.
  5. Extremidades. Inspecciónelas por posibles cortaduras, contusiones, edemas lesiones obvias y hemorragias, palpe a lo largo de cada extremidad, buscando deformidades; verifique pulso, función motora y sensitiva.
  • Pulso: verifique el pulso distal de los pies (arteria dorsal del pie o tibial posterior), y el pulso de las muñecas (arteria radial), verifique también la circulación, el color y la temperatura de los pies y manos.
  • Función motora: pida al paciente que mueva los dedos de las manos y pies.
  • Función sensitiva: evalúe la función sensitiva en las extremidades pidiendo al paciente que cierre y abra los ojos. Oprima suavemente o presione con un dedo en la mano o pie del paciente y pídale que le diga que siente.
  1. Parte posterior del cuerpo: palpe la espalda buscando hipersensibilidad, deformaciones o heridas abiertas, tiente cuidadosamente la columna vertebral, desde el cuello hasta la pelvis, buscando posible hipersensibilidad o deformaciones y debajo de la ropa busque lesiones obvias, incluyendo contusiones y hemorragias.

Sugerencias sobre como evaluar algunas molestias principales comunes.  Recuerde que también está evaluando la historia y los signos vitales en con cada de ellas:

  • Dolor de tórax: busque un posible traumatismo de pecho y ausculte los campos pulmonares. La obtención del pulso, presión arterial, frecuencia respiratoria, y el examen de la piel, son buenas formas de determinar que tan bien están funcionando, tanto el aparato cardiovascular como el respiratorio.
  • Falta de aire: busque signos de posible obstrucción de la vía aérea, así como también traumatismos del cuello o pecho; escuche cuidadosamente los campos pulmonares notando anormalidades, mida la frecuencia respiratoria, la elevación y descenso del pecho (para volumen de ventilación pulmonar), y esfuerzo. Teniendo en cuenta que la localización  de esta molesta es el pecho, evalúe cuidadosamente el pulso, tensión arterial y estado de la piel,
  • Dolor abdominal: busque traumatismos del abdomen o distensión. Palpe el abdomen por posible hipersensibilidad, rigidez y protección abdominal o defensa muscular.
  • Cualquier dolor asociado con huesos o articulaciones: exponga el sitio y examine el pulso, las funciones motoras y sensitivas adyacentes al área afectada, y debajo de ellas. Evalúe la limitación de movimiento, esto debe hacerse preguntando al paciente cuanto puede mover la extremidad o articulación.  Nunca forzando una articulación dolorosa a moverse.
  • Mareos: evalúe el nivel de conciencia y orientación de la persona para determinar la habilidad del paciente para pensar, y el habla en lo referente a claridad. Inspeccione la cabeza por posibles traumatismos; los cambios en el pulso, presión arterial y piel pueden indicar hipoperfusión del encéfalo.

ORGANOS Y ESTRUCTURAS VASCULARES


ORGANOS Y ESTRUCTURAS VASCULARES

4-46 la cabeza

 

 

La cabeza es el centro de comando del cuerpo; contiene el encéfalo, el tallo cerebral y el comienzo de la medula espinal, todos bañados por el líquido cefalorraquídeo.

El encéfalo requiere un suministro continuo de oxígeno y nutrientes, que son proporcionados por las por arterias y venas.

El encéfalo es el órgano controlador del cuerpo.  Es el centro de la conciencia.  Es causal de todas nuestras actitudes corporales voluntarias, la percepción de nuestro entorno y el control de nuestras reacciones al ambiente.  Además, el encéfalo nos permite experimentar todos los finos matices del pensamiento que nos hacen individuos.  El encéfalo se divide en varias áreas, las cuales todas tienen sus funciones específicas.  Las tres principales divisiones del encéfalo son: el cerebro, el cerebelo y el tronco encefálico (tallo cerebral).

El cerebro es la parte más grande del encéfalo y a veces es llamado “la materia gris”, constituye cerca de las tres cuartas partes del volumen del encéfalo y está a su vez compuesta por cuatro lóbulos: frontal, parietal, temporal y occipital.  El cerebro de un lado controla las actividades del lado opuesto del cuerpo.  Cada lóbulo del cerebro es causante de una función específica.  Por ejemplo, un grupo de células en el lóbulo frontal origina la actividad de todos los músculos voluntarios del cuerpo.  Las células cerebrales en esta área general impulsos  que son enviados a  lo largo de las fibras nerviosas que se extienden a partir de cada célula de la medula espinal; otra área en el lóbulo parietal, tiene células que reciben impulsos sensitivos de los nervios periféricos del cuerpo.  Otras partes del cerebro suscitan otras funciones corporales.  Por ejemplo, la región occipital, en la parte posterior del cerebro, recibe impulsos visuales de los ojos; otras áreas controlan la audición, el equilibrio y el habla,  otras partes del cerebro determinan las emociones y otras características de la personalidad del individuo.

El Cerebelo,  que está colocado debajo de la gran masa del tejido cerebral, es llamado a veces “pequeño cerebro”.  La principal función de esta área es coordinar las diversas actividades del encéfalo, particularmente los movimientos corporales.  Sin el cerebelo las actividades musculares muy especializadas como escribir o coser, serían imposibles.

El tronco encefálico (tallo cerebral).  Recibe ese nombre porque el encéfalo parece estar sentado en esa porción del sistema nervioso central, como un árbol se afirma en el tronco.  El tronco cefálico (tallo cerebral) es la parte más primitiva del sistema nervioso central.  Está situado profundamente en el cráneo, y es la parte mejor protegida del sistema nervioso ventral.  El tronco cefálico (tallo cerebral) es el centro de control de casi todas las funciones corporales que son absolutamente necesarias para la vida.  Las células de esta parte del encéfalo controlan las funciones cardiacas, respiratorias, y otras funciones básicas del cuerpo.

El encéfalo tuene muchas otras áreas anatómicas, las cuales todas tienen funciones específicas e importantes.  Recibe una vasta cantidad de información del ambiente, la selecciona, ordena y dirige al cuerpo para responder apropiadamente.  Muchas de las respuestas implican acción muscular voluntaria; otras son automáticas e involuntarias.

El líquido cefalorraquídeo (LCF) baña el encéfalo y la medula espinal, y sirve para proteger esas estructuras y filtrar impurezas y toxinas.

Para nosotros como TEM , un hallazgo significativo en un traumatismo, indicador de fractura de cráneo es la salida de líquido cefalorraquídeo a través de los oídos.

La circulación de la cabeza: el encéfalo requiere un constante flujo de sangre oxigenada para dar soporte a la función encefálica.  La sangre es suministrada a través de las arterias carótidas que pueden palparse en ambos lados del cuello.  La sangre desoxigenada drena de la  cabeza por medio de las venas yugulares internas y externas.

CASCOS


CASCOS

Debe usar el casco en todo momento con el barbuquejo puesto y asegurado, mientras esté trabajando en zona decaídas de objetos.  El casco le debe proporcionar protección contra impactos de arriba y laterales, en ocasiones los objetos pueden caer constantemente y si el barbuquejo no está correctamente asegurado puede tumbarle el casco y quedar desprotegido.

Los cascos de tipo construcción no son adecuados para situaciones de rescate pues ofrecen una protección mínima al impacto y tienen barbuquejo inadecuado.  Los cascos modernos para bomberos ofrecen protección contra impacto.  Sin embargo el reborde que se proyecta en la nuca puede interferir en una situación de rescate.  En tiempo frio se puede perder una cantidad considerable de temperatura corporal, debe usar protector térmico para la cabeza,  una gorra hecha de lana o un material sintético tipo pasamontaña puede ser muy útil para protegerse en climas fríos.

En situaciones que pueden implicar riesgos eléctricos, siempre lleve el casco con barbuquejo y escudo facial.  La corteza del casco debe estar hecha de material no conductor.  El barbuquejo no debe estirarse y de hecho debe ajustarse firmemente  de tal manera que el casco quede en su sitio, en caso de que usted sea derribado o un cable de energía golpee su cabeza.  También debe poder cerrarse el escudo facial, de esta manera su cara también quede protegida de cables de energía, y chispas flotantes.  Un casco estándar de bombero debe cubrir todas estas necesidades.