14.4 SIGNOS Y SÍNTOMAS DEL ABDOMEN AGUDO

14.4 SIGNOS Y SÍNTOMAS DEL ABDOMEN AGUDO

Dolor y la sensibilidad son los signos y síntomas más comunes del abdomen agudo.  El dolor puede localizarse de manera precisa, ser difuso y variar en su gravedad.  El dolor localizado proporciona un indicio respecto al órgano o el área del problema, la sensibilidad puede ser mínima o tan grande que el paciente no le permitirá que le toquen el abdomen.

Es típico que la peritonitis, ocasione íleo, o parálisis de una de las contracciones musculares que normalmente impulsan el material a través del intestino (peristalsis).  El gas y las heces retenidos, a su vez, pueden ocasionar una distención abdominal; en la presencia de tal parálisis, nada que ingiera puede pasar de manera normal y salir del estómago a través del intestino.  Por lo tanto, la única manera en que el estómago puede vaciarse es por emesis o vómito.  Por esta razón, la peritonitis casi siempre está asociada con náuseas o vómito, casi siempre en ese orden.  Esas quejas no señalan una causa particular, ya que pueden acompañar casi cualquier tipo de enfermedad o lesión gastrointestinal.

Para medir el grado de la distención, tan solo observe el abdomen del paciente, la distención se inicia poco después de que cesan las contracciones intestinales.  El pulso y la tensión arterial pueden cambiar de modo significativo, o no tener ningún cambio.  Estos datos por lo general reflejan la gravedad del proceso, su duración y la cantidad de líquido que pasó hacia el intestino.

De igual modo, la anorexia, la pérdida del apetito, es u síntoma inespecífico.  Esta también es una queja universal en la enfermedad o lesión gastrointestinal y abdominal.  De hecho, si el paciente no padece anorexia, es posible que la situación no sea tan seria como parecería en otro caso.

La peritonitis, está asociada con la pérdida de líquidos corporales, hacia la cavidad abdominal; esto por lo general resulta de desplazamientos anormales de líquido del torrente sanguíneo hacia los tejidos corporales.  El desplazamiento del líquido, reduce el volumen de sangre circulante y puede conducir a una reducción de la presión sanguínea o incluso puede conducir al choque.  Este último es una condición inadecuada de la perfusión, debido al colapso del sistema cardiovascular.  Es posible que el paciente presente signos vitales normales o que, si la peritonitis ha avanzado más, y sufra de taquicardia e hipotensión.  Cuando la peritonitis va acompañada por una hemorragia, los signos de choque son mucho más evidentes.

La fiebre puede o no estar presente, de acuerdo con la causa de la peritonitis, los pacientes con diverticulitis (inflamación de pequeños sacos en el colon), o los pacientes con colecistitis, pueden sufrir de una elevación sustancial de la temperatura.  Sin embargo, los pacientes con apendicitis aguda, pueden tener una temperatura dentro de los límites normales, hasta que se rompe el apéndice y comienza a formarse un absceso.

Otro signo de abdomen agudo, es la tensión de los músculos abdominales sobre el área irritada.  En algunos casos, los músculos de la pared abdominal, se vuelven rígidos, en un esfuerzo involuntario por proteger el abdomen de irritaciones adicionales.  Este espasmo muscular, denominado resistencia muscular involuntaria, o defensa, se puede observar en problemas mayores como una úlcera perforada o pancreatitis.  En algunas situaciones, los pacientes solo se sienten cómodos, cuando se recuestan en una posición determinada, lo cual tiende a relajar los músculos adyacentes del órgano inflamado y por ende se reduce el dolor.  En consecuencia, la posición del paciente puede proporcionar un indicio importante.  Por ejemplo: un paciente con apendicitis puede subir su rodilla derecha.  Un paciente con pancreatitis puede “enroscarse” sobre un costado.

Recuerde que el paciente con peritonitis por lo general tiene dolor abdominal, incluso cuando esta acostado y quieto.  Es posible que el paciente este quieto pero que tenga dificultad para respirar y realice respiraciones rápidas y poco profundas, debido al dolor.  Casi siempre encontrará sensibilidad al realizar la palpación del abdomen o cuando el paciente se mueva.  El grado de dolor y sensibilidad generalmente se relaciona de modo directo con la gravedad de la inflamación peritoneal.